¿Soy trabajador autónomo o soy empresario autónomo?

Si has acudido a la página de Emprenderioja, es porque tienes idea de emprender, emprender un negocio, o un nuevo modo de vida. La palabra emprendimiento desde luego nos sugiere una concepción muy amplía, incluso demasiado…

¿Cuándo un emprendedor deja de ser empresario? O más bien, ¿cuándo un empresario deja ser de emprendedor? Algo parecido nos ocurre con la palabra autónomo, ¿cuándo un empresario deja de ser autónomo? o ¿cuándo un autónomo deja de ser empresario? En realidad, todo empresario es autónomo por naturaleza. Y todo autónomo es empresario.

Es cierto que en los últimos años el término autónomo, a través de la legislación de la Seguridad Social y del derecho laboral, se ha ido modificando, y en la actualidad existe un Estatuto del Trabajador Autónomo y estamos a expensas de que se publique la norma de medidas urgentes del Autónomo, aprobada recientemente en el Congreso de los Diputados.

La legislación laboral nos habla del concepto autónomo, pero si atendemos al derecho fiscal las referencias varían y se refieren al término de empresario o profesional, término que en el Servicio de Creación de Empresas y atención a Emprendedores de la FER nos parece más apropiado.

¿Por qué las diferentes ramas del derecho no unifican conceptos?, ¿por qué para Hacienda mi actividad se define encuadrándose en un epígrafe del Impuesto de Actividades Económicas? y ¿por qué cuando me doy de alta en la Seguridad Social comunico mi actividad en base al CNAE (Código Nacional de Actividades Económicas)? Pues la verdad, es difícil saberlo, pero sí que es cierto, que al final tanto maremágnum da lugar a confusión entre la ciudadanía.

Lo que está más o menos claro, es que tanto el autónomo, como el empresario individual o el profesional, tienen que ordenar unos medios de producción (materiales y/o humanos) con el fin de dirigirse al mercado. Es decir, trabajan por cuenta propia, y no por cuenta ajena (el trabajador por cuenta ajena no organiza, trabaja en el ámbito de dirección y organización de otra persona), y todos buscan un lucro, a cambio de asumir un mayor riesgo. Esa búsqueda de lucro muchas veces consiste en conseguir un salario que permita vivir dignamente pero eso no quita a que esa persona sea empresario desde que se levanta hasta que se acuesta, buscando como vender, como mejorar y como conseguir unos ingresos.

Quizás en los últimos años la confusión ha sido mayor, la regulación del propio Estatuto del Trabajador Autónomo nos trajo consigo la incursión de una nueva figura en el ordenamiento jurídico que no es otra que la del trabajador autónomo dependiente (TRADE), una figura a caballo entre el trabajador autónomo (o empresario) propiamente dicho y un trabajador por cuenta ajena. Quizás, más cercana a estos últimos, que sin duda generan todavía mayor complejidad al sistema.

En cualquier caso, el fin de todo autónomo es generar negocio y crecer, siendo su “propio jefe”, como fue Amancio Ortega al comienzo de su vida empresarial.

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